Diseñados en un principio para escalar montañas o bien ir de esquí, hoy en día se les ha reconocido su espacio en el diario trajinar.
Son prácticos, portátiles, dado su estructura ligera y el poco espacio que ocupan puedes llevarlos hasta en el bolsillo, simples de poner y eliminar.
Un éxito para el andar diario, se pueden enrollar para caber en bolsos, carteras e incluso bolsillos, puedes llevarlos consigo sin problema.
Una gran compra tiene una inusual relación calidad-precio, ayudará a amplificar el agarre del calzado al desplazarse para protegerlo de resbalones, sosteniendo su seguridad.
Su uso nos deja pasear con mayor estabilidad mediante glaciares, terrenos mixtos (hielo-roca) e inclusive escalar hielo vertical y desplomado.
Los de aluminio son más ligeros, ideales para largas aproximaciones en nieve, para esquí de travesía o para salidas rápidas y no muy técnicas.
Cuentan con diferentes formas y materiales de fijación, lo que permite un buen agarre y que se ajusten de forma perfecta a cualquier tipo de calzado.
Los de menos puntas son los que más se encuentran en los hogares, pues se tienen como medio imprescindible frente a una eventual nevada.