Las puntas se aferran realmente bien a todo tipo de superficie, ofreciendo una tracción notable que las hace convenientes para peatones, profesionales y ancianos.
Los de acero inoxidable o de manganeso tienen mayor resistencia y durabilidad en lo que se refiere al desgate de puntas, estos muerden mucho la nieve.
Debes limpiarlos y secarlos tras cada uso, afilarlos con una lima en exactamente el mismo sentido en el que se dirige las puntas.
Su gran versatilidad y polivalencia los hace capaces para pasear por el bosque o bien la calle en tiempo de invierno y no resbalar.
Su empleo nos permite pasear con mayor estabilidad por medio de glaciares, terrenos mixtos (hielo-roca) e incluso escalar hielo vertical y desplomado.
Los de puntas con más dientes son singulares para terrenos mixtos, con lo que se recomienda si vas entre nieve, hielo y rocas.
Cuentan con diferentes formas y materiales de fijación, lo que permite un buen agarre y que se ajusten de forma perfecta a cualquier tipo de calzado.
Desde el momento en que les fueron incorporadas las puntas frontales, el alpinismo evolucionó espectacularmente y los diseños comenzaron a ser de lo más variopintos.